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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL EN VENEZUELA


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En Venezuela, la aplicación de la RSE, es una actividad emergente. Una de las empresas pioneras en esta área es Empresas Polar, misma que se ha dado a la tarea desde el año 1977 de dirigir, fomentar e impulsar los criterios competitivos y particulares sobre el pensamiento de apoyo, calidad y fortalecimiento del tejido social del país. En este mismo orden de ideas, encontramos prácticas loables en los mercados financieros como por ejemplo las llevadas a cabo por el Banco Mercantil, que por su parte desarrolla programas de RSE, orientados con mayor fuerza a las comunidades, donde su principal aliado en estos programas son sus propios trabajadores En el contexto de las empresas venezolanas interesadas en llevar a cabo una acción socialmente responsable, se encuentra el Centro Comercial Lago Mall, ubicado en el Estado Zulia, específicamente en la ciudad de Maracaibo, el cual presta servicios y productos variados a una sociedad cada vez más exigente, es decir, que planifica y desarrolla espacios aptos para ofrecer un mercado de alta competencia y rendimiento y que a su vez debe cumplir con exigencia de orden global para permanecer en la vanguardia. Por ello, y a través de la aplicación de un cuestionario de concienciación para medir la presencia de elementos de RSE, creado por la Comisión Europea y la Dirección General de la Empresa, se facilitó la tarea de desarrollar un diagnóstico basado en lo que la empresa hace y en lo que la empresa debería hacer, tomando en cuenta los parámetros que establece dicha comisión (Azócar y Torres, 2009); con resultados no muy favorables para lo que se requiere o se entiende para ser socialmente responsable.

Estamos, pues, ante una nueva forma de ser empresa en la sociedad, una nueva cultura empresarial, que tiene que ver con la “ciudadanía” organizativa, como antes decía, con una empresa que convive respetuosamente con las personas y con el entorno. No es posible reducirlo a un nuevo marketing social o a la dedicación de parte de los beneficios para la acción social. Esto, si se da, será una parte de la RSE, pero no será su elemento constitutivo. Por otra parte, es una cultura empresarial muy acorde con los objetivos definidos que pretenden aliar el crecimiento económico con la cohesión social, afirmando que otra forma de crecer es posible, por lo que otra forma de ser empresa es posible.


FINALMENTE


Esto nos lleva a concluir que para mantener una actuación ética y responsable y mejor aún llevarla a niveles superiores, dentro de un mundo empresarial y competitivo, basta con incorporar dentro de la cultura organizacional aquellos elementos que permitan y a cualquier otra empresa el establecimiento de relaciones basadas en el compromiso y la responsabilidad social.


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